
Las furgonetas son vehículos muy especiales, por lo que su compra de segunda mano tiene poco que ver con la de los coches, sobre todo porque se suelen adquirir para realizar una gran cantidad de kilómetros.
Por eso, antes de hacer la compra hay que mirar muchas furgonetas segunda mano y probarlas, pues por el trato que llevan pueden tener muchos problemas que permanecen ocultos a primera vista.
Hay que comprobar muy bien la situación legal
Siempre que adquirimos un vehículo que ya ha sido usado, hay que pedir un informe en tráfico con el fin de comprobar si tiene cargas o se puede transferir sin problemas.
Esto es aún más importante en el caso de las furgonetas, ya que casi todas están a nombre de empresas que pueden tener problemas con Hacienda, la Seguridad Social, estar inmersas en concursos de acreedores, etc.
Debemos pasar varios días sondeando el mercado
Los modelos como las Mercedes Benz Vito, la Opel Vivaro o la Renault Trafic tienen una demanda muy alta, en especial porque es el tamaño a partir del cual se comienzan a camperizar, a convertirse en casas rodantes.
Esta forma de viajar se ha puesto muy de moda, por lo que es complicado encontrar vehículos de tamaños grandes a precios bajos.
De este modo, lo mejor es revisar cómo está el mercado visitando varias webs e ir guardando los vehículos que nos interesen para poder establecer un precio medio que queremos pagar.
No hay que fijarse tanto en los kilómetros
Es verdad que los kilómetros son muy relevantes a la hora de comprar un vehículo, pero las furgonetas tienen motores diésel en el 99 % de las ocasiones que están hechos para durar y aguantar el trato poco delicado.
Además, se usan para hacer muchos kilómetros, lo que significa que es raro encontrar una a la venta con cifras que no se aproximen a los 200 000. Así, hay que fijarse más en el estado general y en el mantenimiento que se le ha hecho y no tanto en el marcador.
Siempre hay que comprarlas con la ITV en vigor
Una furgoneta pasa la ITV cada seis meses, por lo que siempre hay que buscar unidades que la tengan en vigor.
Que no la tenga pasada es síntoma de que hay problemas mecánicos de algún tipo, así que es mejor pagar un poco más por una que la haya pasado hace muy poco.
Por ejemplo, un vehículo que no tenga la pegatina por problemas de humos nos puede ocasionar muchos quebraderos de cabeza, pues en motores con unos años a sus espaldas es complicado eliminar este exceso de contaminación.
Las que llevan motores de gasolina son muy económicas
Hay furgonetas de pequeño tamaño como la Peugeot Partner se vendieron con mecánicas de gasolina, aunque sus ventas fueron testimoniales.
Si uno de estos motores nos vale, porque hacemos pocos kilómetros y no vamos a llevar grandes cargas, podemos buscar una con este combustible y conseguirla por un precio muy bajo, pues nadie las quiere.
Otra ventaja es que es normal que no tengan cifras de kilómetros demasiado elevadas, puesto que no se compraron para eso.

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